viernes, 2 de julio de 2010

Bloom, canon-influencias-deslecturas

Ayer en la presentación del libro de Alberto Comas, Umbilical, salió a relucir el tema de las influencias literarias. Jesús, por ejemplo, encontraba elementos de La Divina Comedia en la novela y Alberto le decía que no la había leído, sin embargo, tampoco descartó tal influencia pues esas historias seguro que flotan en muchas de sus otras lecturas. Pepe Rivero se sumó a esta idea, afirmando que incluso sin leer nada de alguien, esas influencias están ahí flotando en el ambiente, en lo que nos decimos unos a otros, en lo que se piensa que puede ser valorado por los que te rodean, en los creadores (no sólo literarios) con los que te vas encontrando… Al final, el lugar donde estés te va condicionando quieras o no. No es lo mismo Francia que Alemania o que aquí en Canarias. Alberto había sacado a colación el Mapa de la deslecturas de Harold Bloom. ¡Joder, Bloom! Hacía tanto tiempo que no oía hablar de Bloom y me puse a repasar e indagar algo sobre su famosa tetralogía setentera The Anxiety of Influence, A Map of Misreading, Kabbalah and Criticism y Poetry and Repression. Había algo en el concepto de ‘deslectura’ que no me cuadraba con el debate improvisado de ayer, pero no recordaba bien y me entraron dudas. Hoy, ya de atrevido, quiero decir algo al respecto.
En clara empatía freudiana, Bloom elaboró su teoría del ‘efebo’, que al igual que en el drama familiar de Edipo, tiene que ‘matar al padre’ para encontrarse a sí mismo, es decir, para poder ser él mismo. El poeta-efebo angustiado por el abrumador peso de la tradición (los autores que considera sus precursores fuertes), al ser consciente de su condición tardía respecto de ellos, de sentirse ‘los últimos en llegar’, trata de no repetirlos, de encontrar su propio espacio creativo. Es el deseo de no ser anacrónico y del ‘ser algo más’ que mera mímesis, que es como la autoafirmación del yo estoy aquí, éste es mi tiempo y tengo que reinventarme para ser yo mismo frente a cómo fueron los otros. La intención del efebo de Bloom es ir al encuentro de un espacio creativo propio en medio de, o a pesar de, los universos creativos anteriores, de su tradición. El efebo necesita, pues, ‘matar al padre’ para encontrar su identidad como poeta (Bloom siempre hacía crítica poética), pero con un planteamiento también extensible a otros géneros creativos.
Las maneras en que los efebos se desmarcan de sus precursores fuertes pueden ser variadas, nos dice Bloom, pero todas tienen el común denominador de la lectura intencionadamente tendenciosa en un intento de afirmarse a sí mismos. Ese es el concepto de ‘misreading’, que al español ha sido traducido como ‘deslectura’, algo que no tiene que ver con buena parte de lo que se debatía ayer alrededor de las influencias literarias. La ‘deslectura’ es consciente e intencionada y en el sentido de ‘oponerse a’, nada de dejarse llevar por o de asumir que o de ser inspirado por; no es el estar en la corriente y dejarte llevar por ella, sino el verte en ella y luchar por salirte de ella para que tu propia voz pueda emerger.