sábado, 9 de julio de 2011

Estadio Azteca

Prendido
a tu botella vacía,
esa que antes, siempre tuvo gusto a nada.
Apretando los dedos, agarrandomé, dándole mi vida,
a ese para-avalanchas.
Cuando era niño,
y conocí el estadio Azteca,
me quedé duro, me aplastó ver al gigante,
de grande me volvió a pasar lo mismo,
pero ya estaba duro mucho antes...
Dicen que hay,
Dicen que hay,
un mundo de tentaciones,
también hay caramelos
con forma de corazones...
Dicen que hay,
Bueno, malo,
Dicen que hay mas o menos,
Dicen que hay algo que tener,
y no muchos tenemos...
y no muchos tenemos...
Prendido,
a tu botella vacía,
esa que antes, siempre tuvo gusto a nada.

"Siempre estuvo iluminada. Fue un momento de inspiración muy especial de Marcelo Scornik, el Cuino, y también de la música. Es una canción que dice mucho más de lo que parece. La letra es misteriosa, no se puede explicar. Cuenta la historia personal de Marcelo pero, a través de él, la de toda la Argentina. Habla del exilio, de la muerte, del fútbol, de los hinchas, de la droga, del corazón que tenemos y que no tenemos. Es una canción muy importante." (entrevista a A. Calamaro)

La primera vez que escuché esta canción (corría el 2007) fue en ese mágnífico directo de "Dos son multitud". Calamaro&Cabrales/Fito&Andrés en un fértil cruce de caminos para el rock en español. Pero entre todas aquellas canciones destaco ésta. Como bien dice el propio Calamaro, la letra es misteriosa y no se puede explicar. Muchos identifican esa historia con la de Maradona, Andrés dice que es la de Marcelo Scornik... Pero lo cierto es que de alguna forma podría contar cosas de la biografía de muchos otros, atrapando una escurridiza manera de entender la vida. Ese es su misterio y su fuerza.



"Gracias le doy a la Virgen, gracias le doy al Señor, porque entre tanto rigor y habiendo perdido tanto, no perdí mi amor al canto ni mi voz como cantor." (Calamaro, en 'El Regreso')

Recuerdos a una tal SGAE.