Llegamos (por fin) el Oyente, Jesús y yo al Faro de la cita del “Volandero Cultural La Gatera”. Ellos en un coche, siguiéndome, y yo en otro haciendo de guía para ellos ¡qué peligro! San Eugenio está cambiado, hace ya muchos años que no me metía por aquí, ¡hay hasta adoquines!, y no las tenía todas conmigo para lograr el objetivo.
La presentación tuvo éxito; presencia del concejal de cultura, aforo lleno, copas y canapés de recibimiento, espacio chic con afanes de lujo para los entretenimientos socioculturales de la nueva jet set del sur y vistas a Puerto Colón (al moderno de José Mª. hasta le habría gustado). Y el Oyente asustado «Uno trabajando un montón de tiempo para sacar un libro y… Mira, un par de hojitas… y esto lleno». Más tarde vendría más asustado todavía, pero mejor que lo cuente él, creo que tuvo algún encuentro íntimo con unas hermosas cariátides. En la presentación, autobombo, agradecimientos y protagonismos. En el previo, post y trastienda, saludos, contactos, etc. En fin, lo de siempre, pero las cuatro chicas acodadas a la barra con ganas de protagonismo también y no nos dejan escuchar lo mejor de la noche, Volandero aparte (Gatonio sabrá por qué; a Alberto le digo que les llame la atención y no se atreve; yo termino por gritar un ¡Shiiitt! que sólo las detiene unos segundos. Hay que ver).
Delirium Teatro, con “Tiempo de amor. Palabra y música”, nos deleitó con su propuesta escénica. Juan Mª. Vidal (guitarra jazzística) con profesionalidad y vistosos toques de acompañamiento, Soraya Glez. (actriz recitando poemas) con presencia y garra en el escenario. A Jesús le gusta sus modos dramáticos, especialmente cuando recita “Luna de miel” de Agustín Espinosa. A mí también me gustó “Isla” de Sabas Martín, aunque la ginebra no es lo mío, deberá referirse a Menorca, donde esa pócima forma parte de su historia.
Más tarde, la bacanal de Las Breñas, subiendo para Arona. A algunos ya nos conocen allí, especialmente la cocinera que es un encanto. Alberto Linares insistió mucho en comer buena carne y buen vino, pero a la hora de pagar... La sangre del chuletón de novillo me pasó factura luego, pero antes me salvó en el control alcohólico al bajar a Los Cristianos. ¡Justo al límite! Gatonio, no tenías que preocuparte, estaba todo controlado (joder, ya me resignaba a explotar el sensor).
El Tete perdió 3-1. Esto está muy jodido.
CANARIAS COLONIA COMPARTIDA
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