jueves, 16 de junio de 2011

Cosas de mercadonnas

--Pues si vas al sitio ese que te digo, te va a quitar todo eso tan crespado que tienes. Yo fui y mira cómo me dejó. --Y se echaba mano al tocado, acariciándolo levemente.
Sí, yo también me siento algo crespado. Quizás, también debiera visitar ese sitio a ver si encuentran algo para mi crespado batatero.
--Nada, perdonen. --Se disculpa ante la cola-- Pero es que esto es así, tenemos que aprovechar los cambios de turno para hablar. (sonrisa) --Nada, Candy, no te disculpes. Me acabas de dar una magnífica idea.
Ahora acabo de recibir un ejemplar de 'Lunar Caustic', algo así como luna caústica o lunar caústico, había pensado. Luna caústica como la de anoche, que no vi. Magnífico lunar sangrante con fondo de negro profundo y abismal.
Pero nada de eso, la nota del traductor me saca de dudas, Lunar Caustic significa 'nitrato de plata', según la alquimia medieval inglesa. Nitrato que dio lugar a la fotografía, a la fotografía que tan fuertemente criticó Domingo-Luis la otra noche (antes de la batatada). --La fotografía es un arte perverso (decía, o algo así). Y si no, les invito a que repasen su álbum de fotos. Cuál de todos esos 'yoes' seré 'yo', se preguntarán. La fotografía tiene ese raro efecto de fijar unívocamente la multiplicidad que somos. --O de ofrecernos explícitamente esa multiplicidad al repasar todos esos 'yoes' sin más laberintos ni panoplias de espejos, diría yo.
Lunar Caustic, una lectura recomendada. Si el Malcolm Lowry de Bajo el volcán es el Paraíso de su particular Divina comedia, Lunar Caustic es su Purgatorio. Pues allá vamos, a mi purgatorio particular. Igual, ya me hacía falta entrar por allí. El que me lo recomendó así me lo hizo saber, pero no para expiar mis culpas (o también por eso), sino para entender ese mundo, ese río de almas perdidas que suben las rampas de la montaña de Dante Alighieri.
Igual me vuelvo a crespar. Afortunadamente, ya sé a dónde acudir.