miércoles, 18 de julio de 2012

Fumata negra

Este fogaje se hace tan denso, que hasta las moscas caen como moscas. El significado acercándose peligrosamente al significante, haciéndose literal. A otra clase de bichos, sin embargo, parece que estos calores los revitaliza y acelera sus metabolismos: anoche nos visitaron una rata (no es la primera vez), cientos de hormigas (tampoco es la primera vez), una serie de otros insectos voladores y nocturnos atraídos por la luz y, como no, la dama de la noche. Estaba hermosa en la madrugada cuando, entre sueños sudorosos, me despertó su inquieto aletear. Ligera y ágil hasta posarse en mi ventana del primer piso. Encendí la luz y no la encontraba por ningún lado hasta que al bajar la persiana apareció allí, grácil, inquietante, exhibiendo su figura casi de mantis religiosa, escrutando el lugar con sus largas antenas.
Cerré la ventana y ella se refugió en el cajón exterior donde se enrolla la persiana. Me costó conciliar nuevamente el sueño, lo reconozco, los ademanes de Chitoski ayer en la radio, y después en Atlantic City (único lugar cercano con aire acondicionado), se me mezclaban con el sudor y el presentimiento de una visita carnal (o al menos dérmica) con aquella bella dama. "¡No, nada de carnalidad! Sólo el camino del dominio y la abstinencia nos llevará a la vida virtuosa y sabia". Lo siento, dama de la noche, no están estos tiempos para enhiestas cabalgaduras, ni para sensiblerías románticas. Son tiempos para la verdad desnuda, quien pueda sostenerla y abrazarla.
En la tarde del lunes, cuando subía por la TF-1, adelanto a un vehículo que en su cristal trasero tenía un cartel de grandes letras: "Rajoy, cobarde y traidor". Durante la mañana me había enterado también que a una diputada del PP (y no era la Fabra) la habían vituperado en pleno centro comercial. El populum se rebela contra políticos que se creen por encima del bien y del mal, iluminados en misión divina. Ya quedan pocos dioses por los que luchar, ni héroes siquiera. Solo buscamos el fin del mangoneo, el camino de los hechos y de la transparencia. Qué menos.