jueves, 1 de marzo de 2012

Viaje

El sajorino me abre el abanico de cartas, tan homogéneo y profesional. Y me dice: "Haz una pregunta y elige una carta (...) No no, que sea una pregunta concreta, de algo palpable". No sabía muy bien qué preguntar, pero muy pronto me llegó poderosa la cuestión: ¿Viajaré? Y las sucesivas derivadas de ella: ¿A dónde? ¿Con quién?...
Para la primera, tres cartas, y una para cada una de las otras siguientes. No me andaré por la ramas. Para la primera el Tarot me contestó que sí, y más pronto que tarde. Para las otras les diré que iré acompañado; a una ciudad de Dios, pero gobernada por un diablo; en ella habrá un castillo que de algún modo será protagonista del viaje; y en él mi alma quedará liberada; su nombre... su nombre comenzará por 'L' o por 'P' o de alguna forma esas letras quedarán comprometidas a ese lugar. Más tarde me dice: "Lisboa, Castillo, Dios, Pessoa. Busca esas cuatro palabras juntas y tendrás tu lugar".

Hoy viajo por el universo Pessoa, que sabe a castelo lisboeta, a dios y a diablo.

El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que llega a fingir que es dolor
El dolor que de veras siente

No sé si mi alma quedará liberada en este viaje, pero al menos sabré si lo hago acompañado. Después de todo, quizás eso sea lo único que importe.