Tres kilómetros, ochocientos doce metros, resultaron demasiados. A juzgar por lo que me cuenta la familia del barrio La Maldad, demasiada conducción a lo que podría dar sentido a esta vida y todo tan espléndidamente estetizado, tanta panorámica cósmica... "O te gusta a morir o sales echando pestes", me dice Jesús. Para el bloguero Rojas esta película devuelve las ganas de seguir yendo al cine. No sé, habrá que ir, pues, a ver 'El árbol de la vida', degustándola metro a metro, kilómetro a kilómetro. Ojalá que no salga tan defraudado como de 'La piel en que habito', con sus tres kilómetros, doscientos ochenta y cuatro metros. Mala cosa cuando ves una película siempre con la sensación de que es eso, una película. Nunca te la acabas de creer. Lástima, porque tuvo un gran final y ese lenguaje visual exquisito que solo Almodóvar le sabe dar. A tres kilómetros, setecientos dieciocho metros, dicen que subieron Sibi y su amigo Manuel. Jesús no, que él se quedaba abajo, en la base del tótem montañoso, viendo a las alemanas bajarse de las guaguas turísticas, con sus metros, centímetros y milímetros exactos, sin sobrarles ni faltarles un ápice por ningún lado.
Al que sí le sobran y le faltan cosas es al gallego Charlín. Una novela con mucho que corregir todavía. Charlín dice que no, que lo tiene todo bien calibrado, hasta las obviedades, redundancias y metáforas chorra. Ay Charlín, yo no soy nadie para decir, pero cuánto tienes que aprender. Charlín tiene prisa, quiere dejar todo listo para publicar a final de mes. Argumento: que aquí no tiene ordenador para seguir corrigiendo (él está ahora por su Galicia natal). Sí, ya sé que es un contratiempo, pero ya deberías saber que la literatura no entiende nada de eso. Anoche, Jesús y yo le hicimos limpia al último capítulo. “Trae acá, a ver qué clase de música tiene esto” me dijo Jesús, y la música daba demasiados bandazos, música que necesita de un mayor afinamiento. A veces, una simple nota mal puesta, jode toda una partitura.
Hoy le mando mensaje al gallego para ponerlo al día. Nada, luego me llama y se reafirma, y yo ya estoy a punto de dejarlo todo como está. Amador es un lazo muy débil para mantener el sentido a todo. Para mí falta algo más, pero quién soy yo. Sólo me comprometo ya a hacerte la portada. La tengo hecha ya en mi cabeza, ahora solo es cuestión de poner todo en práctica y encontrar la escena y a los actores apropiados. Eso sí dependerá de mí, milímetro por milímetro.
Ahora, solo me viene a la memoria aquella bella melodía de 'Guaraní', con una de nuestras mejores voces hispanas:
"Guaraníii, como si hablara en Guaraníiii, se ha empeñaado la reaalidad en haceerme sentiir... guaraní, como si yo hablara en guaaraníiii...
martes, 20 de septiembre de 2011
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