Que la vida está llena de pequeñas y grandes coincidencias, no es nada nuevo. Que las coincidencias sean interpretadas como designios, oráculos y demás teleologías, tampoco. Sin embargo, en lo que sí creo es que ellas por sí mismas expresan el desenvolvimiento de nuestras propias vidas, el extraño hilo de su sentido, la ósmosis del encuentro con el mundo.
Para el programa de esta tarde en Radio Unión, andaba yo buceando y releyendo cosas de Ignacio Gaspar metidas hace mucho en los cajones del Sur y me encuentro un artículo de Leopoldo O'Shanahan sobre los escritos de Ignacio: "Merodeo en la narrativa de Ignacio Gaspar. A la historia sin cuento" (Taramela, 4). ¡Ah, Leopoldo O'Shanahan! el escritor que reseñaba Juan Royo en la última entrega del Volandero Cultural La Gatera. En él se hablaba de su novela La derrota del chivo y del paisaje sureño que abordaba en ella. Ya entonces me llamaron la atención la citas textuales de esta novela, y ahora compruebo, además, el grado de afinidad con Ignacio Gaspar. Creo que el artículo publicado en Taramela es válido para las claves literarias de ambos y ya tengo ganas de tropezarme con la novela de O'Shanahan.
De Ignacio Gaspar dice O'Shanahan que "deja al descubierto los estratos basales de la mentalidad isleña para consignar el oscuro germen de una dirección hacia el sentido de un vivir, súbitamente traumatizado en su evolución cultual y cultural. (...) Son 485 años de confusión. Por eso no existe al compás de este pasado una cronología definida en el cuento, sino unas genealogías que anulan el tiempo y lo extrapola a las relaciones de filiación para destacar la eviterna presencia del problema. (...) 485 años después del año de la Nana es un cuento de título significativo. Anticipa el subsistir de una tradición oral preservada de la aculturación polifágica, esa encubierta política de un multisecular escolasticismo aristotélico que es sustento del medioevo canario en tránsito. El relato guarda el sabor de las cosas tempranas gastadas por la huella de innumerables viejas manos, y destaca la excepcional memoria verbal de las sociedades iletradas (...)".
Sí, el particular universo narrativo de Ignacio está en el Sur, en el mundo agrario y agreste del Sur; poso existencial, cosmogonía, historiografía, oralidad... para la trascendencia literaria sin ningún afán meramente descriptivo, sino para la expresión del fondo telúrico de las vivencias en un Sur que se quiere universal; y, así, piensas en todos los sures del mundo, en tantos lugares con sabor a polvo y a vidas quebradas por la ignominia, en la decisión de ir contra un statu quo, en las ilusiones infantiles, en las maldades de los hombres y la búsqueda de nuevos parajes y ambientes... En fin, todo eso de las luchas y los afanes.
Sí, Gaspar es mucho más que resistencia cultural, que rescate de psicologías y mentalidades de un lugar, es la voluntad del narrar lo humano a partir del mundo que mejor conoce, sin reduccionismos, al encuentro del universal con el sabor de la vivencia.
Cuando en los setenta los escritores de 'La Capi' descubren al 'escritor del Sur' eran tiempos de entrañas y vacaguarés, a los que el propio Gaspar sucumbió, pero me parece que ya es hora de desprendernos ese encorsetado estereotipo psicopolítico y descubrir más libremente su literatura, esa personalísima prosa que tantos buenos ratos nos ha dado. Ay, JMª., aquí sí estoy contigo, por un momento olvidémonos de las historias y sus metáforas, y degustemos también el ungüento narrativo. Sin duda merecerá la pena.
martes, 21 de septiembre de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)