domingo, 4 de julio de 2010

Leo-León-Lionel

Lionel Messi, con la bendición del propio Diego Armando, estaba destinado en este Mundial a reencarnar al mismísimo Maradona del Mundial de México, cargándose a sus espaldas todo el equipo si fuera menester. Para qué un centro de campo creador y de contención, pensaría Maradona, dénsela a la nueva versión de mí mismo en el campo, que ya se encargará él de poner las cosas en su sitio. Pero uf, demasiado poso, demasiado agravio comparativo, demasiado universo contra el que luchar, diría Leo. Aunque Maradona es carne de barrio, superviviente del filo de la navaja, y no entiende de chorraditas psicopedagógicas... "¿Sos un hombre o no sos un hombre?"... Y yo me acuerdo de Bloom. No, Messi sí es un hombre, pero también un efebo futbolístico, un efebo que deberá 'matar a su padre' para poder hacer honor a su propio nombre y encontrarse a sí mismo, generamdo su propio espacio creativo. Eso ya es bien difícil en una selección y en un país con esa historia y ese culto endiosado al mago de todos los magos del balón. Todavía lo recuerdo de cerca, avejentado y gordo, calentando en el Heliodoro cuando jugaba con el Sevilla de Bilardo ¡Qué espectáculo! Y también en su inverosímil 'mano de Dios' que desequilibró un partido contra la Inglaterra de Gary Lineker, que luego dio paso a su jugada maestra, a la venganza de un país por las Islas Malvinas, al gol de todos los sueños de cualquier niño futbolista. Sin embargo, en una selección con el mismísimo Maradona de entrenador, siempre a escasos metros de ti, esa labor ya se vuelve por completo imposible. Ay Messi, tu Maradona es la figura del padre que te tiende el brazo por detrás del cuello para apoyarte pero que termina cerrando demasiado, asfixiándote, convirtiéndose en la figura del padre castrador, siempre esperando que seas como él, exigiéndote que repitas su gesta. Ahora bien, en tu interior sabes que a tí nunca se te habría ocurrido sacar aquella mano macarra para tocar esa pelota a la que jamás habrías llegado de otra manera (nunca fue igual a la tuya en un partido más de liga contra el Español, y sólo por pura coincidencia de trayectorias). Pero siempre habrá una segunda oportunidad, el fútbol (con permiso del 'Mago') siempre ofrece una segunda oportunidad a los grandes como tú. Quizás, fichando por la selección roja de las siete estrellas verdes ¡Piénsatelo!