La cajera del Mercadonna me advertía hoy que no van a seguir dando más bolsas de plástico. Las que te dan ahora tampoco son como las de siempre; ya te dan como una especie de sucedáneo desvaído para que vayas tomando conciencia del próximo final de este supuesto altruismo bolsil. «¡A partir del 18 se acaban las bolsas gratis!» Profería la adusta cajera. «Pero oiga, cómo es eso, ¿ahora tengo yo que meter toda mi compra en las bolsas grandes esas? ¿Y para qué quieren todos esos cestos de plástico?» «No señora. No, que usted tiene que traer su bolsa vacía, pero hace la compra como siempre en los carros o en las cestas y cuando pase por aquí, por caja, luego saca usted la bolsa y mete la compra dentro. Porque a partir del 18 tendrá usted que pagar si quiere bolsas de las nuestras.» «Ajá, vaya, ahora quieren sacar dinero hasta por las bolsas. Pa que luego no digan que la crisis…» «¡Que no, señora, que no es por hacer negocio, que eso es por los ecologistas, que no quieren que se use tanto plástico en el mundo!» «¿Los ecologistas? ¡Entre los ecologistas y ustedes van a acabar con una…!» «¿Y qué día dice que se acaban las bolsas?» Pregunta la de más atrás «¡El die-ci-o-cho!, el 18 bonita» «¡Ay, gracias guapita!» ¿Bonita? ¿guapita? Vaya una forma de utilizar expresiones retóricas, me dije yo al ver aquellas señoras con tremendas curvas anatómicas. ¡Uf! hasta el Mercadonna se ha vuelto ecologista y chic. Cuesta creerlo, pero...
Del Sur vengo cargado con el folletaje que me ofreció Sonia. En fin, entiéndanme bien los mal pensados. Me refiero a cargado con todo el marketing publicitario de la exposición colectiva que se avecina: "A ver, vamos" Nueve artistas para el colorido, la armonía y la expresión multicultural (qué bonito), siguiendo las palabras de la propia jefa y artífice de la Asociación Cultural La Gatera, organizadora del evento junto a la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Granadilla de Abona.
Uno de esos "artistas" soy yo (qué cosas). Lo cierto, es que nunca me había gustado ese nombre para la Colectiva. "A ver, vamos" me sonaba a algo así como "Vamos chicos, anímense a participar" o "Aquí estamos, a ver qué pasa" y cosas por el estilo que más que animar a participar, ofrecían un lastimoso panorama creativo. Daba más ganas de mirar para otro lado y dejarlo correr, que otra cosa. Sí, ya sé que no estamos en mucha mejor condición que eso, pero, coño, tampoco es para estarlo sacudiendo a los cuatro vientos. Por lo menos, no sé, dárnoslas con un poquito de más empaque, con algo que decir, qué sé yo...
El caso, es que viendo los "folletos" de Sonia me tomo el susodicho título expositivo no tanto en un tono exclamativo sino en un tono plenamente afirmativo, y en mucho ha mejorado mi aprensión inicial. Ahora lo veo más en esa línea participativa y dinamizadora que siempre estuvo en la filosofía que nos inspiraba a unos cuantos cuando comenzamos a hablar de hacer algo así, diverso y coral. "A ver, vamos", sí, ojalá se cumpla y vayamos todos efectivamente a ver y disfrutar de los trabajos y propuestas de algunos de nosotros, y que sirva para encontrarnos allí, conversar, reir, intercambiar, despotricar, alabar, llorar... no sé, algo. Algo que nos saque un rato del tedio, la soledad y la distancia. Pero como somos tan bichos raros (yo el primero, alguna especie de cuervo selvático y salvaje según Jesús, véase blog) seguramente nada de esto sucederá y nos quedemos todavía esperando a que la cultura sirva para algo más que para rellenar la parrilla preconcebida de actos en la jodida política cultural de estas islas.
INVASORES
Hace 2 horas
2 comentarios:
la importancia de las comas. distinto hubiese sido "a ver vamos", por lo menos sin ese tonillo de "niños, a formar" que tiene el lema original.
Más escarnio fue la pancarta de los sindicatos:
"Así, no rectificación de la reforma". Ni adrede les hubiera salido mejor. Las rondas de Dadá, amigo cuervo.
Efectivamente, tú lo has dicho, la importancia de las comas y de las tildes, las comillas, los puntos... En fin, esos pequeños pero significativos garabatejos, ja ja
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