Esperaba una alegría cuando entró a la oficina bancaria. Y apareció... gentil, y de largo cabello ondulado. Los números, todavía continúan teñidos de rojo.
escritor de raza que, sin sangre del dragón, se desraza y se descrituriza. Capricho de los dioses, de quienes somos viles servidumbres. Ya vendrá la nube del desierto, con olor a petróleo y aroma de hurí y Efrit, y entonces, tendréis vos, el poema. No cabe duda.
Bloguero de mentalidad okupa,entre otros entretenimientos radiofónicos, archivísticos y antropofágicos, con este Bosque acaba instalándose en el establishment de la autopromoción. Aunque huela a chamusquina, el cambio le pasará factura, si no al tiempo.
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escritor de raza que, sin sangre del dragón, se desraza y se descrituriza. Capricho de los dioses, de quienes somos viles servidumbres. Ya vendrá la nube del desierto, con olor a petróleo y aroma de hurí y Efrit, y entonces, tendréis vos, el poema. No cabe duda.
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