martes, 28 de junio de 2011

Devociones y convicciones

«¿En dónde está Godfrey?»
Back to N.Y. Mr. Halpern me dijo:
«Todo el mundo espera que los judíos sean los únicos cristianos verdaderos de este mundo. Ganamos la guerra, pero creen que no podemos dictar los términos de la paz. Lo que le es permitido a otras naciones no le es permitido a la nuestra. Otras naciones expulsaron a millones de personas. Rusia dit it. Polonia ad Czechoslovakia did it; Turkey drove out a million greeks e Algéria un millón de franceses; Indonesia expulsó heaven knows cuántos chinos, y nadie dijo ni una sola palabra sobre los refugiados. Pero todos hablaban de los refugiados árabes.»
[Pero Mr. Halpern, acuérdese que Israel existe por decisión de la ONU, es decir, racionalidad, acuerdo internacional, derecho. En este contexto cabe la fuerza para la legítima defensa, pero la anexión de nuevos territorios por esa vía, la de la superioridad militar… ¿acaso no traiciona los propios principios que sustentan la creación de Israel? Esto no es una cuestión de religión o de fe cristiana. ¿Acaso esa resolución no creaba también el estado de Palestina?]
No West Side, en la calle de los diamantes, Mr. Halpern y yo comíamos un cheesecake.
«Like Mr. Hoffer says, todos gritan cuando alguien muere en Vietnam o cuando dos negros son ejecutados en Rodesia. Pero cuando Hitler masacró a seis millones de judíos nadie dijo nada. The Jews are alone in this world! ¡Los judíos están solos en este mundo!»

[Hombre, de las matanzas de tutsis a manos de hutus o de armenios a manos turcas inicialmente tampoco decían mucho, o de serbios y croatas, etc. A veces cuesta movilizar la opinión pública o a la política de los países (intereses espurios de por medio, que también los hay). Sobre todo si eso significaba enfrentarse a un país muy poderoso (caso de la Alemania nazi). Pero una vez descubierto el pastel, algo se ha dicho del asunto, ¿no? Sin embargo, del caso turco todavía hoy seguimos esperando (un millón y medio de armenios muertos, dicen algunos). ¿Qué hay del Kurdistán? Otro pueblo sin estado a pesar de habérsele reconocido tras la Primera Guerra Mundial. De todas formas, la figura de “crímenes contra la humanidad” parece que se consolida en el escenario internacional, la ONU, el Tribunal de la Haya, y todo ese largo camino hacia la propuesta kantiana para alcanzar ‘la paz perpetua’… ¿Llegará alguna vez?].

«Mr. Halper acababa de entrar en la The Jewish Defense League (156, Fifth Ave., New York 10010) cuyo motto era Never Again. Nunca más muertos como carneros, nunca más en el gueto, nunca más difamados.»
«Israel must live!», gritó Mr. Halpern.

[Entiendo, entiendo lo que me quiere decir, pero la creación de Israel es un hecho. Se llevó acabo por acuerdo internacional, y yo lo defenderé de la misma forma que la creación de Palestina , y a pesar de los países árabes]

«I like Malamud, Roth, Below and I´m looking for Godfrey», dije.
Telefoneé a Jeffrey.
«¿Any news from Godfrey?»
«I don’t know where Godfrey is. I know that 70% of all Canada’s industry is in the hands of americans», respondió él. «And listen, Lennon está aquí, en el Windsor.»
(R. Fonseca “Lúcia McCartney”, fragmento. Y comentarios míos en corchetes)

CARTA ABORTADA A IRENE Y QUE AHORA ESCRIBO EN LA VÍSPERA:
Esta carta la escribo por si, acaso, sea improbable leerla ante una cámara fría y hostil. Es lo que tal vez pensé que no debía decir en su momento para no aguar la fiesta a nadie. En fin, qué cosas, pues visto lo visto, lo mío no habría sido sino una más de las declaraciones de aquella noche. Una más de aquellas heteróclitas manifestaciones de las que alguna se dijo, incluso, que era más bien anti-Israel (No creo que tanto). Confieso que en los años mozos no llegaron a simpatizarme mucho, era esa reacción básica de estar a favor de David frente a Goliat o de la desconfianza hacia el supuesto David transformado en Goliat, etc. Pero nunca hasta el punto de convencerme de algún modo anti-israelí, ni alcanzar alguna beligerancia en ese sentido. Mucho menos rodearme al cuello ese símbolo palestino que muchos ostentaban tan alegremente. A mí siempre me ha podido más la convicción que la devoción, y esa sigue siendo mi ley sobre Israel. No esperen de mí devociones ciegas, sin atender a críticas y matices, pues nadie (terrenal al menos) está exento del error. Esperen de mí sólo convicciones, convicciones como las del derecho de Israel a existir. Pero nunca a cualquier costo, porque las políticas de un gobierno siempre son susceptibles de crítica y si no se admite empezaría a perder para mí su legitimidad. Ahora bien, insisto, no voy a cuestionar al primer estado fruto de la razón y el acuerdo mayoritario. Por ello, y a pesar de las dificultades, siempre espero de ese pueblo y sus políticos que me ofrezcan razones para convencerme y para convencer a otros. Eso espero de ti, Israel. Y escribo todo esto, y lo leeré siempre que pueda (a pesar de los argumentos de Víctor a favor de la pura oralidad), por el respeto a la palabra escrita, a la misma certeza de una abierta intencionalidad y convencimiento, a la fijación definitiva de un pensar volátil e incesante, su flujo necesariamente cambiante en el tiempo. El mismo respeto que la cultura hebrea le profesa y que, por ello, tantos textos nos ha legado.

1 comentario:

Jesús Castellano dijo...

Eran los pueblos del libro, son los pueblos del libro, frente a los pueblos de las imágenes. Una letra vale más que mil imágenes. Eso sí, bien dicha. Incluso para maldecir. Una maldición mal dicha se vuelve contra quien la pronuncia. Eso es lo que hay que aprender. Israel es un camino de conocimiento. La fuerza militar, un recurso de supervivencia. La expansión del territorio, un recurso estratégico. Hay que pensarlo desde unas islas canallas, en las que estamos ubicados. Mirar a Israel, como miramos a China o a México. Traza las lineas en el mapa.