LA FOTO
En aquella ocasión el Buitre mantenía pensamientos fosforescentes mientras se movía en la noche. Efluvios de calamar de las profundidades dejaban rastros encendidos, como de planes erráticos con ansias de noquear al primero que se le pusiera por delante (recuerdo aquella noche). «¡Jii, jiaah, jiiaah…!» Gritó el Buitre. Dos granchos seguidos al estómago y un directo a la mandíbula. ¡Jum!, menos mal que se trataba de Chani, y todo quedó en los gestos. «¡Quita p’allá maricón, no te me pongas cachondo que saco mi derecha y te reviento!». El Buitre insistía, pero ya con la precaución de ir más a cámara lenta, y que Chani recibía entre risas. Ejercicio de coleguitas, midiendo los tempos y las confianzas. Camino del Monterrey se disolvió el fogaje y se acabaron los fuegos artificiales. Pero solo duró aquel rato de distraído ronroneo. Luego la fiesta continuó en el cuarto, rodeado de fantasmas e historias por descifrar.
ANOCHE
«¡Maldito hijo de puta. Querías follártela tú solo. Me cago en toos tus muertos. Pues te vas a joder porque ésta no te la voy a pasar. Maldito cabrón hijo de puta. Esta vez la vas a pagar, lo juro por mi santa madre, esta vez la jodiste del todo. No sabes lo que te espera, cabrón, hijo de la gran puta!». Yerto y enérgico en los movimientos (como si lo viera), así se las gastaba mi vecino anoche. Una de las voces era ronca en extremo, y creí que se embroncaba con otro, pero cuando me asomé a la ventana descubrí que las dos voces eran del mismo. Un delirante desdoble de la personalidad y en medio de la carretera gritando con el torso desnudo y los brazos en alto con una botella de no sé qué, esquivando a los coches que pasaban (más bien lo contrario). Entraba luego a su casa dando un portazo tras de sí. Y volvía a salir más tarde, repitiendo escena unas cuantas veces. Los goznes del aluminio de la puerta estaban a punto de saltar. «¡Maldito hijo de…! No me dejará dormir tranquilo este carajo»
OTRA CITA A CIEGAS
«¿Y en la mesa no estará tu querido prologuista?» «No no, estarán el Dr R y el Capitán. Bueno, si no se arrepiente o se va en busca de ese barco que nunca acaba de encontrar.» «Ah, bien» «Pero si no viene Marce estarás tú ¿no?» «¿Cómo? No no…» «Sí, que solo sería leer» «¿Leer?» «Sí, que el Capitán M dice que si no venía dejaba un texto para leer» «Jodeeer, y me dejan el muerto a mí» «Sí, je je» «¡Qué cabrones!»
(del resto, no pienso dar más explicaciones)
INVASORES
Hace 56 minutos
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