viernes, 30 de noviembre de 2012

La Lady y la mierda

En el último mes ya he pisado mierda de perro tres veces, y todas ellas con el pie izquierdo (algo me está queriendo decir esto). El pitoniso de La Maldad dice que eso es suerte, yo, por mi parte, me he cagado en la puta mierda unas cuantas veces. Menos mal que en la de hoy la suela del zapato no había muchos recovecos y con restregarla un poco contra el piso, salió casi todo. Las dos primeras fue un sufrimiento el limpiarlas, y aquello olía que alimentaba. Esta vez ocurrió de visita a Lady Tenerife, una señorita que ya había conocido en otras ocasiones, pero la visión del documental sobre Martín Chirino hace unas semanas o su mención en la presenta de Javier Hdez. Velázquez el pasado viernes en la MAC, me la han recordado nuevamente. Ya veremos qué hay de ello en El sueño de Goslar, lectura pendiente. La obra de Martín Chirino (Premio Nacional de Artes Plásticas de 1980) lo ha ido confirmando como uno de los mejores escultores de este país: espirales, aeróvoros, ladies, cabezas... Todos mis respetos, pues.

Lady Tenerife forma parte de la colección de 'Ladies' que Chirino realizó; como Lady Harimaguada que ha pasado a convertirse en símbolo de la propia ciudad de Las Palmas de G. C. (algún día conoceré personalmente a dicha dama) o Lady Lazarus y Lady Verdigris of the Condor, homenaje a la famosa poetisa americana Sylvia Plath, a quien conoció por medio de su marido, y también poeta, Ted Hughes, según me entero gugleando por ahí. Y, según cuenta el propio Chirino en el documental, nuestra Lady está inspirada en la flor de un árbol que encontró muy representativo de esta ciudad de la Santa Cruz; el tulipero (Spadothea Campanulata o Tulipero Africano o del Gabón). Ciertamente este árbol es muy abundante en los jardines de la ciudad y le provee de una generosa y llamativa floración durante buena parte del año. Si Londres es la ciudad de los plátanos, como ya comenté por aquí una vez, creo que Chirino acertó y Santa Cruz es la ciudad de los tuliperos. Una noche, de regreso ya de madrugada, nos encontramos el coche casi tapizado con estas flores, que le habían ido cayendo encima mientras ronroneábamos Santa Cruz la nuit. La imagen maravillosa de un coche florido con aquellos colores vivaces, aún bajo la luz mortecina de las farolas, nos subyugó y tratábamos de averiguar el nombre del árbol de esas flores prodigiosas; "que es una jacaranda... que no, que es un flamboyán... que no, que es un..." La cosa quedó así hasta que Chirino me enseñó su nombre común, y con él la erudición botánica y su latinazgo beligerante. "...Esa forma y color es la que me dio la inspiración para alumbrar Lady Tenerife", comentaba en el documental de Alejandro Togores.

Hoy, con cámara en mano y rumbo a San Andrés, pasamos casualmente por delante del 'tobogán de las putas', como la bautizaran a raíz de la polémica acción del Ayuntamiento de Santa Cruz con otra de las esculturas que Martín Chirino tiene por aquí, El sueño de los continentes, mutilada salvajemente para el uso carnavalesco de la Plaza de Europa, junto a edificio de Hacienda, Avenida Bravo Murillo. El caso es que restituida y restaurada ya la escultura, hoy tenía un magnífico color amarillo-tierra por la primera oxidación del hierro tras las últimas lluvias (un color efímero, es decir, llamado a desaparecer próximamente a medida que continúe el natural proceso de oxidación, pasando a un menos llamativo rojo parduzco). Hagan algo por conservar este color de ahora ¡Por Diooosss! Inmediatamente cambié la hoja de ruta y le propuse a Jesús iniciar el periplo de Chirino hoy mismo. Primero este inolvidable amarillo de El sueño de los continentes y luego el rojo anaranjado de Lady Tenerife. La cabeza de CajaCanarias y las espirales del Parlamento de Canarias (enrollada y desenrollada) las dejamos para otro día.
Primeras fotos y malas sensaciones; la luz de aquella hora no me era propicia, mejor a la tarde cuando tumbe el sol. Continuamos rumbo al Colegio de Arquitectos. Al café invitó él mientras me vigilaba el coche dudosamente aparcado, lo que se agradece. Llegamos a la segunda parada. Suerte; mientras me pregunto a dónde irá el hombre del paraguas, ralentizo la marcha y ¡bingo! estacionamiento resuelto, manos libres para la sesión fotográfica. La Lady la encontramos con buen aspecto, mejorada (a mi modo de ver) con los aditivos del tiempo; el óxido, los pequeños restos de basura en la hendijas y algunos grafittis de amor. Alrededor... mierda de perro  ...y el que les escribe, pendiente de su mirada fotográfica.

Resultado, ver a continuación:












 
Con otras ladies estuvimos, por el mercado, por el TEA, Miraflores, el puente de Serrador... ladies más carnales, pero esa es otra historia ...sin fotos publicables.


domingo, 25 de noviembre de 2012

Rumiando al corsario conejero

En El corsario de Lanzarote, más que una historia, encuentro dos. Así le decía anoche a Eduardo García Rojas tras interesarse por lo que no me había gustado tanto de la novela de Francisco Estupiñán Bethencourt. Naturalmente la novela tiene muchos valores, algunos ya señalados por el propio Eduardo en su blog y suplemento cultural, así como en su presentación del otro día en la sede de CajaCanarias, y no voy a insistir mucho más en ello. Un género éste, el de la novela histórica, muy poco prodigado en nuestras letras, y en general mayormente dedicado a nuestro buen salvaje guanchinesco o a los más recientes episodios de la Guerra Civil. Sin embargo, hay todo un gran territorio histórico de estas islas que, como demuestra El corsario de Lanzarote, continúa esperando a ser narrado, no solo para mitigar nuestra gran ignorancia de lo que se ha cocinado por aquí en los últimos cinco siglos, sino también como espacio donde recomponer y habitar literariamente nuestro más inmediato backgound cultural. No se trata, pues, solo de entretenimiento y conocimiento, como señalaba el autor en la presenta del pasado miércoles, sino también de un afán literario que trascienda esos ámbitos.

En El corsario de Lanzarote, decía, veo dos historias, es decir, dos novelas distintas, con dos protagonistas bien distintos también, y en medio una fractura literaria que a mi modo de entender no se supo resolver del todo. Seguramente por irresoluble. Una, la de Francisco Sarmiento, hermanastro del Señor de Lanzarote, Agustín de Herrera y Rojas, quien, a su vez, protagoniza la otra de las historias/novelas.

La primera es la del triunfo de la subjetividad de un personaje, Francisco Sarmiento, abatido por la enfermedad y la nostalgia de una tierra perdida, descorazonado por la traición de un hermano al que cedió su libertad a cambio de la de su esposa, según acuerda con el pirata argelino Morato Arráez después de arrasar la isla lanzaroteña allá por el 1586, aunque con la promesa de que Agustín de Herrera pagara prontamente su rescate. Éste es un relato con el desgarro literario del desterrado, del desengañado, del que relata para testimoniar su desdicha cuando ya nada quede de él en este mundo. Éste es el relato del que no es protagonista de la Historia, del que más bien es arrastrado por ella, del que carece de poder para tomar las riendas de los acontecimientos y solo le queda el poder del escribano, de su denuncia literaria, de la plasmación documental de su infortunio y de su particular visión de las cosas.

La segunda es la del triunfo de la neutralidad, la del relato biográfico de una figura, Agustín de Herrera y Rojas, que sí protagonizó la Historia, la del Marqués y Señor de Lanzarote y Fuerteventura, la del cabalgador de Berbería del Poniente, la del principal brazo político de Felipe II en tierra de infieles por las costas atlánticas, la del heredero de uno de los más importantes linajes canarios de la época, los Herrera. Es la del triunfo del relato heroico y aventurero, profuso en detalles y nombres que han sido documentados y forman parte de la historia oficial y académica.

Si bien ambas partes son plenamente literarias, que no digo lo contrario, pienso que en la segunda triunfa más el historiador que el novelista que habita en Francisco Estupiñán, mientras que en la primera nos deja ver más el buen novelista que puede llegar a ser más allá del mero relato de los acontecimientos de que se trate. Dos partes, dos protagonistas y dos novelas con propuestas literarias bien diferenciadas, pues, y yo me atreví a comentarle anoche a Eduardo que quizás la novela que debería haber escrito Estupiñán solo tendría que haber contemplado un único protagonista y hasta una única visión de los acontecimientos, y que no es otra que la del ‘perdedor’ Francisco Sarmiento, alguien a quien la Historia seguramente no tendría reservado ningún sillón de la primera fila, pero que en la novela tendría una memorable revancha. Esa es parte de la magia de la literatura, algo que, a mi modo de ver, bien podrían contemplar muchos de los que se acerquen a este género de la novela histórica en Canarias.

Y con este rumiar me quedo pensando cómo habría sido esa novela que eché de menos, con Sarmiento desde el destierro o desde su querido Lanzarote recordando a ese hermano recién fallecido, que tanto poder logró acumular y que tanto mal pudo causar en su desmedida ambición, traicionando incluso a los de su propia sangre. Pero sin quedar todo ahí, en ese retrato unívoco de su posible malicia, sino también con la imagen cercana de sus victorias y bondades, ofreciendo el perfil de un hombre de su tiempo a través de otro coetáneo, que lo juzga pero no siempre con ojos acusadores, como es lo propio de quien lo conociera tan próximamente y de quien padeciera en sus propias carnes no solo sus devaneos y codicias sino también su amparo y camaradería.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Como si eso preocupara

Por fin liberado de un disco duro obsoleto y aquí me tienen de nuevo. El técnico me dijo que este ordenador tenía una tarjeta gráfica de primera (la segunda mejor del mercado en aquel entonces cuando compré este cacharro), pero un disco duro de mierda (el segundo peor de ese modelo). En fin, ahora con amplia y pulida memoria, y como niño con zapatos nuevos. Y a volar, como alma de córvido que tengo. Pero de los córvidos he aprendido que no se debe volar muy alto, sino aprovechando la orografía y las corrientes de aire, como mejor aliados en el arte del esquive o del camuflaje. Así aprendí del cuervo aquel del mirador de Masca (que tiene nombre, pero ahora no me viene), saltarín travieso, que hace las delicias a turistas y visitantes, mientras se acerca astutamente a la comida para luego elevarla en un periquete a los aires claros de aquel macizo portentoso.

Anteayer presenta en CajaCanarias de El corsario de Lanzarote de Francisco Estupiñán, al que al final del acto nos presentamos como tertulianos radioafónicos (qué azaña) y se animó a estar el próximo martes con nosotros. En ella el autor me aclaró alguna cuestión que me estaba dando vueltas en la cabeza desde que terminé de leer esa novela. Había prometido entrada específica pero eso me va a llevar un rato que ahora mismo no tengo, pues me espera otra presenta (uf, cuánto se escribe últimamente por esta tierra), la de Javier Hernández, con su El sueño de Goslar, en la sala MAC a eso de las 19,00 horas, es decir, dentro de escasos 30 minutos. Mientras tanto, otra novela se me ha atravesado desde ayer a hoy: La Señora. Beatriz de Bobadilla, señora de Gomera y Fierro, de Carlos Álvarez, lo que me está sumergiendo de lleno en el siglo XVI canario. Reflexiones próximamente. Uf, últimamente solo promesas. Hasta dónde he de llegar por esta senda? Como si eso preocupara a alguien. Agur

viernes, 16 de noviembre de 2012

Francisco Estupiñán, Ignacio Gaspar y Graciliana Montelongo; pasado, presente y futuro de las últimas novedades de la literatura más pequeña de este mundo


Francisco Estupiñán Bethencourt con El corsario de Lanzarote, Ignacio Gaspar con Nación de pájaros o desesperación del amanecer y Graciliana Montelongo Amador con La Leyenda de la escritora de Haikus, aglutinan las últimas novedades de este mundo literario isleño. Comenzaremos por el presente, por aquello del valor periodístico de la cosas... esa rabiosa actualidad.

Hoy, viernes 16 de noviembre a las 19,30 horas, en la sala Guasa del Centro Cultural de Los Cristianos (Arona), tendrá lugar la presentación de un esperado libro de poemas de Ignacio Gaspar, Nación de pájaros o desesperación del amanecer. Un autor del que todavía esperamos grandes cosas, a pesar de los años de sequía pública, que no creativa, según él mismo nos confirma. Le acompañarán en la mesa, su editor Anghel Morales García (Ediciones Aguere) y el escritor y crítico Ernesto Suárez, quien destaca que esta obra «forma parte de ese mismo universo literario con el que Ignacio Gaspar se dio a conocer muchos años atrás y, anticipa lo que será su próxima novela, pues se da una conexión estrechísima entre su poesía y su narrativa». Los que ya sabemos de sus valores narrativos en obras como 485 años después del año de la nana (1981) El rejo de la máscara (1984), La mujer y el pájaro (1986) o La mujer que no creía en el espejo (1999), estamos de enorabuena, y los que no... no desperdicien la ocasión. Por allí nos veremos. Prometemos sacar próximamente alguna entrada referida a este evento.

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El futuro comienza en mañana, y mañana mismo, sábado 17 de noviembre a las 19,00 horas, en la Casa de la Cultura de Los Realejos, tendrá lugar la presentación de La Leyenda de la escritora de Haikus, una arriesgada y sugerente obra, en la que Graciliana Montelongo Amador nos lleva de la prosa al verso y del verso a la prosa en un viaje por el antiguo Japón, su naturaleza y mitología, al calor de la sencilla belleza de sus haikus y su filosofía vital. En el acto intervendrán, junto a la autora, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Los Realejos, Adolfo González Pérez-Silverio, el profesor de literatura y licenciado en filología hispánica Juan Jesús Pérez García y el director de Ediciones Aguere, Ánghel Morales García. El libro cuenta con un prólogo de Ernesto Rodríguez Abad y con ilustraciones de la propia autora.

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Por último, el pasado. Un pasado reciente, como es natural hablando de novedades, pues fue el pasado martes, justo antes de entrar al programa radiofónico de Radio Unión, cuando me tropecé en la librería la última novela publicada del Premio de Novela Benito Pérez Armas (la del 2011). Y fue su título lo que más me llamó la atención: El corsario de Lanzarote, de Francisco Estupiñán Bethencourt. Siempre he comentado que buena parte de la historia de estas islas se encuentra en el mar, pero es raro encontrar textos que nos hablen de ella o en referencia a ella, y todavía lo es más en el ámbito narrativo. El mar, sin embargo, siempre fue un personaje principal en buena parte de la mejor narrativa universal, desde la Odisea hasta Moby-Dick o Robinson Crusoe, Los Viajes de Gulliver etc. En todos ellos mar, islas, viajes, aventuras y desventuras, lucha y seducción, en fin, la vida con sabor a cloruro sódico. Por todo ello, procuro no dejar pasar ocasión en que nuestras letras rindan homenaje a tan honorable tradición, y la palabra 'corsario' reune mucho de ella. De otro lado, la propia historia cultural de estas islas, que el contertulio de La Puerta y licenciado en historia, Juan Royo, se encargaba de destacar como un campo inmenso donde ambientar sus novelas. En El fulgor del barranco recuerdo que el mar entre las Islas y África cobraba cierto protagonismo, así como un morito a caballo entre Mogador y Tenerife en los preludios de la Guerra Civil. Así ocurre con El corsario de Lanzarote, pues también navega por esos mares entre las Islas y el continente africano, una novela histórica ambientada, sin emabargo, en el siglo XVI, un par de generaciones después de la conquista isleña para la corona de Castilla.
El mar y la historia, pues, fueron dos poderosos aliados que me ayudaban a devorar las páginas de esta novela. Algo de eso me ocurrió también con El guanche en Venecia de Juan Manuel García Ramos, aunque aquí eché de menos una mejor descripción de los paisajes y paisanajes de la geografía berberisca, algo que mejora con mucho El corsario... de Estupiñán.
La novela de Francisco Estupiñán merece una entrada específica lo que espero hacer en cuanto pueda. Ahora se me hace tarde para coger rumbo al sur, a departir con el amigo Ignacio en la presenta de su nueva criatura. Salú

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Mañana de gangocheos

Efectivamente, el pasado domingo bajé con el de La Maldad a nuestra City de compras, por sus mercados y mercadillos, como él mismo comenta en su 'florida' senda. Pero lo que no dice es cómo mi regateo sobre los libros de a un euro falló estrepitosamente. Con un libro de Ambrose Bierce entre las manos, le decía a la señora que si no lo vendía más barato y ella me contestaba con acento italiano que cómo me atrevía a rebajar tal precio a un libro de un autor como ese. La respuesta me gustó tanto que desistí de otra clase de estratagemas que me proponía urdir para lograr mi objetivo. Mañana de fina lluvia en la capital, por lo que la señora trataba de refugiar su género bajo un gran plástico. Todo ese repeto al libro me conmovió y aunque no compré nada allí, prometo que he de volver sin ánimos de tanto regateo. Todo lo contrario que a otro puesto de libros donde el dueño ni se preocupaba de proteger los libros de las inclemencias de aquel día. "No no, estos libros son de tal calidad que no hace falta ponerles nada, pasarles un pañito para secar la portada y ya está. Como nuevo" decía jocoso a la posible clientela que pasaba. Y no era tonto, pues acudía a las webs de nuestras principales librerías para saber de su valor en el mercado. De uno, por ejemplo, decía que ya ni se podía encontrar, que en la Isla estaba descatalogado. Pues casi nada el hombre, con ese maltrato a los pobres libros, mojándose a pesar de la supuesta gran calidad de su encuadernado, así como ese mercadeo sin recato sobre el valor de cada uno de ellos, me fue desanimando hasta el punto de salir de allí sin querer volver. Que le den al gangochero ese y que el potaje de celulosa (más que libreril) en el que se mueve se le atragante algún día. Peor me fue con el repuesto de la gomilla para mi olla express, pues me costó casi diez euros y cuando llegué a mi casa la fregué dándome cuenta que se me deshacía entre los dedos... Joder con la gangochera de la Recova Azul. Menos mal que el resto del género estaba cojonudo, incluídas esas rodajas de merluza a las que el de La Maldad no le quitaba ojo, o ese pan tiburón sin mata que conseguí por el otro lado. De la gracia del pescadero también podría hablar lo mío, pero lo dejaré así esta vez. En cuanto al tiburón... "ya no sé si mata o no mata, doctol, ahora el Juan Pedro ese del calendario de la panadería, como te tranque..." Y el de La Maldad acercándose a él peligrosamente, porque desde que perdió las gafas a un par de metros ya no ve ni a tres montadas en una camella.

Por otro lado, ya advertía yo este verano que las hormigas estaban desaforadas. El domingo leía en nuestro Dario de Avisos el misterioso éxodo de las hormigas del norte de Tenerife; auténticas balsas de hormigas en el mar se habían visto estos días frente al Puerto de la Cruz. Al suceso le podemos aplicar la explicación que quieran, pero yo sé bien que huyen de uno que se las come vivas cual oso hormiguero, y es que aquí el respeto hay que ganárselo aunque sea a bocados. Tendré que tomar nota.

Por último, destacar las entrevistas hechas este fin de semana al cineasta Costa-Gavras y al escritor Petros Márkaris sobre el descalabro griego. El primero promete nueva película sobre el caso, El Capital, que se estrena a final de mes. Estaremos atentos. Pero de la primera entrevista ahora extraemos un par de guindas:

"Los bancos franceses y alemanes, que están totalmente conectados, animaron a los griegos a comprar y endeudarse. Los griegos compraron a crédito submarinos, coches, relojes..., sin pensar que algún día no podrían pagar. (...) Y claro, para que esto fuera posible, los bancos corrompieron a los políticos; varios ministros griegos, de izquierda y de derecha, están ahora en prisión. Este sistema estuvo vigente más de una década. Se habla mucho de los corruptos, pero nunca de los corruptores.
(...) Quién sabe, todos estos banqueros son personas muy cultas, bien educadas y, sobre todo, muy bien informadas, que conocen perfectamente las consecuencias de sus actos, las catástrofes que causan. Cuando uno es el más rico y el más fuerte cada vez quiere más y domina los mecanismos para salirse con la suya. Hay mucho en juego, pero sabemos poco."

martes, 6 de noviembre de 2012

Otra de radio La Puerta

Y mañana nueva entrega del programa radiofónico La Puerta en Radio Unión Tenerife (en los diales 95.3 y 105,3 FM o en la web http://www.radiouniontenerife.es/).

Esta vez con los contertulios habituales: Jesús Castellano, Juan Royo y el que les escribe, además de un nuevo invitado, el Dr. Ignacio Reyes García, del que conocemos algunos de sus trabajos de investigación histórica y filológica sobre las variantes insulares de las lenguas aborígenes de Canarias. En especial hablaremos de su libro La Madre del Cielo. Estudio de filología ínsuloamazighe, publicado en 2007, así como de sus trabajos posteriores.
Por otro lado, también abordaremos la sugerente estrategia de la aristocracia económica europea, usando a la aristocracia literaria para abordar la actual crisis. Según leo artículo de Gallego-Díaz, el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, aprovechó la celebración del Johann Wolfgang von Goethe Festival para disertar sobre Goethe y el dinero, especialmente sobre esa escena de su Fausto, donde Mefistófeles convence al emperador para que eche una firma en un papel, convirtiéndolo en papel-moneda, es decir, en dinero. Aunque bien podría haber ido Weimann por el lado del origen diabólico del dinero, el diabólico Weimann se detiene en la facilidad con la que los ciudadanos creen que se puede imprimir, “al grito de «viva el emperador», corra el vino en las bodegas”. Es decir, se trataba de criticar cualquier iniciativa inflacionista para resolver las desigualdades económicas de Europa y la necesidad de mantener la independencia del Banco Central, ahora en manos del «italiano» Mario Draghi, «ese nuevo Mefistófeles». Ya la prensa amarilla alemana, como el diario Bild, alertaba: “Mamma mía. Para los italianos, la inflación es como el tomate para la pasta”. El semanario Spiegel tampoco se queda atrás: “A los alemanes se les prometió que el Banco Central Europeo se comportaría como un segundo Bundesbank. Mucha gente habla ahora de un nuevo Banco de Italia”. Ahora alguno sugiere contraatacar también literariamente citando al no menos aristocrático de las letras italianas, Dante Alighieri: “Avaro es quien no gasta en lo que debe, ni lo que debe, cuando debe”. Los españoles, ya puestos, también deberían acudir a alguna frase ingeniosa sobre la usura en su escritor más aristocrático, Miguel de Cervantes Saavedra, y su obra más reconocida internacionalmente. Aunque en cuestión de hidalguía literaria bien valdría acudir más a algún clásico griego, de aquellos a cuya maestría estético-literaria se unía el poderoso saber filosófico, como el de un Platón o un Aristóteles. ¿Estarán de acuerdo con este criterio los alemanes? Me temo que mientras los criterios nacionales traten de imponerse a los europeos o éstos últimos traten de entenderse en los términos de los primeros, la cosa no pasará de la mera disputa por el gusto literario de unos y otros. Uf, todo pura ficción.
Pero ojo, ya lo advertía Keynes en ese maravilloso opúsculo Las consecuencias económicas de la paz (no es la primera vez que lo cito en este blog), donde se explica la 2ª Guerra Mundial por las condiciones impuestas a Alemania con el Tratado de Versalles. El propio Keynes participó en él como representante inglés, pero del que dimitió cuando vio qué rumbo tomaba. Y digo «¡ojo!» porque las condiciones que ahora está imponiendo Alemania a Grecia son peores que las de ese Tratado. Y la cosa amenaza expandirse por la rivera mediterránea. ¿O es que los alemanes tampoco son culpables de otorgar dineros con la alegría que los otorgó? En la época de bonanza eso se llamaba «construcción de Europa», pero ahora en época de vacas flacas sólo saben preguntar «¡dónde está mi dinero!». A este «rigor» presupuestario sabemos que solo puede acompañarnos la deflación, y con ella dudo que se pueda seguir pagando en el futuro. ¿Acaso no hace falta algo más?
En cuanto a la La Madre del Cielo y nuestro invitado, trataremos de abordar la interpretación de las famosas inscripciones de la talla original de la Virgen de Candelaria, que como sabemos desapareció tras una gran tormenta desatada en el valle de Güímar a principios del siglo XIX, y que presentaba unas líneas de texto a lo largo de los bordes de su vestimenta, lo que ya describía el dominico Fr. Alonso de Espinosa en 1594, según aparece en su ya clásica obra Del Origen y Milagros de la Santa Imagen de Nuestra Señora de Candelaria, que apareció en la lsla de Tenerife, con la descripción de esta Isla. Sin embargo, hasta ahora nunca había sido descifrado este texto por no obedecer a lengua conocida a pesar de estar escrito en caracteres latinos. El planteamiento de Ignacio Reyes es el de investigar su significado a partir del estudio filológico de un texto que es resultado de la asimilación franciscana (latina) a la fonética aborigen amazig. Desde esta hipótesis el texto encuentra, al fin, acomodo en un contexto de aculturación simbólica aborigen (siglos XIV y XV) por la imposición del nuevo sistema de valores y símbolos católicos.
…Y en este viaje de lo diabólico-dinerario a lo sagrado-virginal, lo literario siempre cobrará relevancia. Qué más se puede pedir.