Anoche la congregación se dio cita en el último de los
guachinches de La Capi. La disculpa la puso Marcelino y su nueva obra "Y fumar puede matar". En el abigarrado espacio de la barra nos la jugamos en las distancias cortas, entre caldos de extraño pedrigrí, dorados espumosos, rejos de octopus y chickpeas compuestas. Todavía trato de poner mi cabeza en su sitio, pero las instantáneas del memorable evento ya están listas para aludidos y curiosos.
El rumor del bosque. La fronda, los ramajes, la floresta, JR. ...y el ensimismamiento absoluto.
Entre pláticas y sonrisas.
Las chicas de la noche.
Verbo gomerai y palmensis a partes des-iguales.
Los hermanos y sus circunstancias.
y... Las circunstancias de los hermanos.
2 comentarios:
No me puedo creer que hayas colgado las fotos de un dia pra otro, jajaja, ya sabes por que te lo digo, ¿no?. En fin, ya veo que la cosa estuvo animada.
Bueno, y aunque estos dias son un poco tristes para ti, p'alante y ¡feliz Navidad!
Ja ja. Igualmente felicidades. Un abrazo
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