¿Qué es más salado, Herar? --preguntaba intrigante-- ¿el sudor, la sangre o las lágrimas? 1, 2, 3... marchar, escapar. ¡Calla! el transbordador ya se acerca. 1, 2, 3... Nunca lo entenderás mientras el fuego clame venganza en el último giro de tu cabello alado. ¡Calla! ¡Calla! y no preguntes. Sólo las lágrimas del mar nos darán algo por lo que seguir al otro lado del volcán.
INVASORES
Hace 1 hora
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